Cómo afronté el CFA Level III

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Si no has leído los posts anteriores del CFA Level I y CFA Level II te recomiendo que los leas: Cómo afronté el CFA Level I y Cómo afronté el CFA Level II.

Si tuvistéis ocasión de leer el post anterior, recordad que yo estaba en República Dominicana y me acaban de dar la noticia que había aprobado el CFA Level II. Cualquier otra persona se hubiera olvidado por un momento del CFA, pero yo no. Yo ya estaba pensando en hacer el CFA Level III y cerrar el círculo. Es más, el curso natural hubiera sido que yo fuera a la convocatoria de mayo de 2.022, pero la idea de irme a casi un año vista me aterraba, así que decidí, ahora sí, poner toda la carne en el asador, hacer un «whatever it takes» como un San Pancracio y atacar al CFA Level III con toda la artillería en la convocatoria de Noviembre del 2.021. Y así lo hice.

Creo que hasta me registré para la convocatoria desde República Dominicana, con el portátil que va conmigo para «emergencias» de clientes. Aquí sí que os he de decir que ataqué al CFA Level III como un auténtico estratega del estudio en contraposición al estilo caótico que llevé en el Level I y II que, aunque efectivo y fructífero, fue eso, caótico. A nivel de recursos me gasté como 1.000 dólares en el Kaplan «full equip» para el nivel III. El preparador online que me fue muy útil para el CFA Level II aún no tenía la plataforma del CFA Level III pero si la hubiera tenido ya os digo que también la hubiera cogido.

Me compré otras dos pizarras Vileda, total seis en mi estudio que acabarían llenas y rellenas de fórmulas «diabólicas» y empecé a contar horas efectivas de estudio con el objetivo de llegar como mínimo a las 300 horas. El reto se presentaba bastante parecido, con la ventaja de haber pasado ya por dos exámenes, adoptar una estrategia frente al mismo en lugar de mi caos particular y una mente entrenada. Esto último es muy importante y yo creo que me proporcionó una gran ventaja. Bien es cierto que tenía que preparar el Nivel III en un tiempo récord, empecé el quince de Agosto y subía creo que el veintialgo de Noviembre, luego sólo disponía de poco más de tres meses. Ahora bien, en esta experiencia descubrí aquello que dicen de que el cerebro es como un músculo. Aunque tuve un breve parón desde que acabé a que me dieron el resultado, enseguida cogí el temario del CFA Level III, de modo que mis neuronas habían descansado lo suficiente para estar preparadas y lo justo para seguir en forma de cara al desafío.

Dicho cuanto antecede, tenía dos handicaps importantes: el primero, ya lo he dicho, el poco tiempo y una época de trabajo bastante convulsa para mí, lo que es difícil de llevar; lo segundo, el formato Essay. Has de entrenar mucho la redacción para pasarla. Un factor determinante y estadístico es el cómo hayas llevado el formato Essay antes del examen. Si has entrenado ese tipo de respuestas dos semanas antes es muy posible que suspendas el examen. Los expertos recomiendan entrenar el essay como mínimo cinco semanas antes.

Llegué al día del examen con 319 horas efectivas de estudio. Esto es un poco relativo, porque me contaba las horas de clase en Kaplan, que creo que sí que se deben incluir en el cómputo y en ocasiones alguna hora que me había dispersado bastante (que suele pasar cuando tu cerebro se satura) no las contaba, así que creo que mi cómputo final se acerca bastante a la realidad efectiva en cuanto a lo que horas de estudio eficaz se refiere.

Aquí debo deciros que el cuerpo humano casi me juega una muy mala pasada: mi abuela sufrió de migraña, mi madre sufre de migraña, mi hermana sufre de migraña y, como no podía ser de otra manera, yo sufro de migraña. Para el que no lo sepa, la migraña es un dolor de cabeza que te deja prácticamente incapacitado, que te viene, en mi caso, entre dos y cuatro veces al año y coincide con etapas de estrés y actividad mental intensa. En una de mis crisis, un médico muy amable me dio una explicación muy plausible de lo que le sucede a tu cerebro en estas tormentas mentales. Si me permitís traer una analogía, el cerebro sería como un motor. Cuando tu das gas en un motor, los engranajes, cigüeñales y bielas, que serían una parte del cerebro, suben de revoluciones para incrementar su rendimiento; por contra los motores cuentan con un sistema electrónico que controla que no lo mantengas por mucho tiempo a altas revoluciones para evitar griparlo, lo cual sería otra parte del cerebro, cortando la inyección de combustible; es decir, cuando una parte del cerebro lleva una actividad mental tan frenética entra en conflicto con otra y se produce la migraña, que es un corte de inyección para evitar que tu cerebro «gripe».

Pues bien, la tarde antes del examen, que siempre me la dejaba para repasar entre otros, derivados, mi cerebro «gripó» y me fastidió cuatro o cinco horas de repaso que pudieron haber sido determinantes. No hay cura para esto. A lo sumo puedes aliviar un poco el dolor con Nolotil y Diazepam pero te deja literalmente KO.

Llegó el día del examen. Esta vez estaba solo, había perdido a todos mis compañeros por el camino. Recuerdo que encima llovía y yo tenía miedo que me viniera otra golpe de migraña (a veces son como los terremotos, que tienen réplicas) y de hecho aún tenía la resaca del anterior pero pude hacer el examen relativamente despejado. La sensación fue agridulce y me dio mucha rabia este contratiempo, pero lo raro es que no me hubiera pasado antes.

La primera parte del examen me fue francamente mal, de hecho, me pasó otra vez como en el CFA Level II, me planteé tirar la toalla, pero después del descanso me até la manta a la cabeza, volví a entrar a la segunda sesión y todo fue rodado: era el maldito John Wick con las preguntas. Salí con la sensación de que tenía posibilidades de aprobar gracias a la segunda parte que de algún modo podía compensar lo mal que me fue la primera.

Tengo que decir que de los séis días que sucedieron al examen, cuatro, tuve golpes fuertísimos de migraña. Mi cerebro estaba cortando inyección y no era para menos, había preparado el examen en un tiempo récord y esto me había pasado factura.

Diez semanas después, la emoción de consultar resultados: era un «passed», lo había conseguido. El largo y duro viaje había llegado a su fin. Tanto esfuerzo y sacrificio por fin había dado sus frutos. Era el fin de las maratones de estudio, de simulaciones de examen interminables, de hacer equilibrios con el tiempo, de contar horas, de pizarras llenas de fórmulas y esquemas.

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1 respuesta

  1. 12 de septiembre de 2022

    […] Hasta aquí el nivel II, si quieres conocer mi experiencia con el Nivel III visita este post: Cómo afronté el CFA Level III […]

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